lunes, 4 de enero de 2010

La niña que vivía bajo un colador



Eli es una niña de 3 años, de grandes ojos marrones y pequeña nariz respingona. A Eli le gustan los caramelos de naranja, jugar con su vaca "Lola" de peluche, repetir los eslóganes publicitarios... Pero lo que mas le gusta a Eli, por encima de los caramelos de naranja, de Lola o de cualquier buena campaña de marqueting, es su casco.
En cuanto su madre lo deja a la vista Eli se las ingenia para cogerlo.
El colador de cocina es su mayor fascinación. Cuando se lo pone en la cabeza, Eli se siente capaz de cualquier cosa. Ver la vida a través de unos pequeños agujeros hace que su punto de vista cambie, y que piense que nadie es capaz de reconocerla.

Pero Eli tiene que tener mucho cuidado cuando usa el casco.... porque por alguna extraña razón a la madre de Eli no le hace ni pizca de gracia esta situación.

Así que tiene que ingeniárselas para llevarlo hasta el salón y allí, entre el sofá y las cortinas ella imagina un mundo, en el que la gente que es mas alta que ella, le respeta, no le da ordenes y le tratan de igual a igual.

Le encanta estar mucho rato imaginando. Pero sin duda lo que mas le gusta es lo que ella llama "días de colores".
Y es que si Eli tiene suerte de coger su casco cuando su madre acaba de lavarlo, tirarse boca arriba debajo de la ventana con la cara mirando al sol es lo mas bonito que puede imaginar. Un montón de luces de colores se agolpan frente a su cara y se van moviendo según ella balancea ligeramente su cabecita y ríe sin parar.

Y entonces es cuando Eli piensa que a muchas de esas personas altas les vendría bien tener un "día de colores" de vez en cuando....