lunes, 30 de abril de 2012
domingo, 29 de abril de 2012
miércoles, 25 de abril de 2012
sábado, 21 de abril de 2012
No quería hacerlo, de verdad que no.
No era el lugar ni el momento, pero abrí mi corazón ante ti sin quererlo.
Fue un momento de verdades incomodas, para ti y para mi.
Me saque el corazón y lo deje encima de la mesa, aun latiendo.
Y tu miraste para otro lado disimulando como si nada hubiera pasado.
Yo decidí hacer lo mismo, y ahora estamos de nuevo en el mismo punto del que salimos.
Solo hay una diferencia. Yo ya no tengo corazón.
No era el lugar ni el momento, pero abrí mi corazón ante ti sin quererlo.
Fue un momento de verdades incomodas, para ti y para mi.
Me saque el corazón y lo deje encima de la mesa, aun latiendo.
Y tu miraste para otro lado disimulando como si nada hubiera pasado.
Yo decidí hacer lo mismo, y ahora estamos de nuevo en el mismo punto del que salimos.
Solo hay una diferencia. Yo ya no tengo corazón.
Jamas había tenido una primera cita como tal. Jamas.
La primera fue contigo, y fue la mejor primera cita que podría haber imaginado nunca.
O quizás no fue tan buena, ya no recuerdo todos los detalles.
Solo me recuerdo a mi, en tu coche, riendo y mirando el sol brillar entre las nubes mientas me sonreías detrás de aquellas gafas de sol. La música que salia de tu móvil, y como me reí de ti por llevar un reloj binario.
Era un día precioso cuando quedamos, y una cálida noche cuando salimos a cenar.
No pare de reírme en toda la noche oyendo las historias de tus amigos.
Después la ciudad iluminada me pareció preciosa desde tu coche, y tus cómplices sonrisas al intentar asustarme nefastamente me llenaban de vida.
Finalmente, tus besos con la promesa de un nuevo día que nunca llego.
Esa noche fui feliz. Aunque a partir de ella me di cuenta de que jamas la volveríamos a repetir.
De todas formas, me encanto reír a tu lado.
La primera fue contigo, y fue la mejor primera cita que podría haber imaginado nunca.
O quizás no fue tan buena, ya no recuerdo todos los detalles.
Solo me recuerdo a mi, en tu coche, riendo y mirando el sol brillar entre las nubes mientas me sonreías detrás de aquellas gafas de sol. La música que salia de tu móvil, y como me reí de ti por llevar un reloj binario.
Era un día precioso cuando quedamos, y una cálida noche cuando salimos a cenar.
No pare de reírme en toda la noche oyendo las historias de tus amigos.
Después la ciudad iluminada me pareció preciosa desde tu coche, y tus cómplices sonrisas al intentar asustarme nefastamente me llenaban de vida.
Finalmente, tus besos con la promesa de un nuevo día que nunca llego.
Esa noche fui feliz. Aunque a partir de ella me di cuenta de que jamas la volveríamos a repetir.
De todas formas, me encanto reír a tu lado.
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