sábado, 21 de abril de 2012

Jamas había tenido una primera cita como tal. Jamas.
La primera fue contigo, y fue la mejor primera cita que podría haber imaginado nunca.
O quizás no fue tan buena, ya no recuerdo todos los detalles.

Solo me recuerdo a mi, en tu coche, riendo y mirando el sol brillar entre las nubes mientas me sonreías detrás de aquellas gafas de sol. La música que salia de tu móvil, y como me reí de ti por llevar un reloj binario.
Era un día precioso cuando quedamos, y una cálida noche cuando salimos a cenar.
No pare de reírme en toda la noche oyendo las historias de tus amigos.
Después la ciudad iluminada me pareció preciosa desde tu coche, y tus cómplices sonrisas al intentar asustarme nefastamente me llenaban de vida.
Finalmente, tus besos con la promesa de un nuevo día que nunca llego.

Esa noche fui feliz. Aunque a partir de ella me di cuenta de que jamas la volveríamos a repetir.

De todas formas, me encanto reír a tu lado.

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