miércoles, 28 de octubre de 2009

Una noche de soledad (cap 1)



Las luces de colores brillaban a su alrededor. Era ya tarde, las 5 de la mañana pero ella seguía bailando como a primera hora de la noche. El cansancio no se reflejaba en sus gráciles movimientos, pero empezaba a notar como le pesaba encima todo aquel aire tan cargado. Ese ambiente caliente y húmedo que llenaba la discoteca, tantas veces respirado, tan pesado que incluso a ella le parecía que todo se movía mas lentamente a su alrededor.
Los focos no le dejaban ver con claridad, y toda la gente que se agolpaba a su alrededor no eran mas que siluetas que se movían todas al mismo compás.
En ese momento vio como alguien se acercaba hacia ella, su figura le resultaba conocida pero no conseguía distinguir sus facciones. Esa ultima copa que se había tomado había hecho estragos. Cuando lo tuvo a medio metro de distancia se dio cuenta de quien era. Su olor la inundaba y por un momento dejó de bailar al son de la música para concentrarse solamente en sus pensamientos.

Se trataba de ese músico callejero que solía tocar la guitarra en la esquina de la calle Madrid con Monreal. Ella pasaba delante suyo todas las mañanas al ir a trabajar y aunque no se paraba a escuchar su música, con solo unos acordes una sonrisa acudía a sus rojos labios. Siempre jugaba a imaginar que esas pequeñas frases que justo alcanzaba a escuchar mientras cruzaba la calle, iban dedicadas a ella.


Para cuando se quiso dar cuenta el ya estaba a unos pocos centímetros de su oído. "Bailas con migo?" Ella no supo que responder, estaba un poco descolocada con la situación, ademas su voz grave y profunda había hecho que se le erizaran los pelos.
Al momento se vio bailando una canción de ritmos latinos a su lado. El no lo hacia mal, la verdad es que con la escusa de bailar con el ella pudo aprovechar y fijarse mejor en todo su físico. Mediría 1,80, era de moreno de piel oscura, pero con unos intensos ojos verdes a los que ella no se atrevía a mirar directamente. Lo que mas le llamo la atención eran sus brazos y su espalda. Aunque aparentemente no era un chico muy musculado, la camiseta verde que llevaba dejaba entrever una espalda ancha enmarcada con unos fuertes brazos.
"Me llamo Dani y tu?" Dani... nunca había pensado que nombre podría tener aquel desconocido de aires chulescos que tocaba en el centro. "Yo Ana".

Dani le agarro por la cintura y la acerco un poco mas a sus caderas. Ella se puso mas nerviosa aun, pero sin pararse a pensar comenzó a bailar con movimientos lentos. De repente Ana fue consciente de la situación y se sonrojo sin motivo.
"Me encanta como bailas" Le decía el al oído mientras le deslizaba una de sus manos por el abdomen.
No supo que contestar, estaba nerviosa y alterada a la vez, pensó en ofrecerle tomar una ultima copa pero el se le adelanto. "Porque no me invitas a una cerveza en tu casa? Se que vives cerca de aquí, te veo pasar todas la mañanas" Aquella frase le desconcertó mas aun. El se había fijado en ella, y encima tenia el morro de decirle que le llevara a su casa. Eso le hizo sonreír y fue el impulso que necesitaba para agarrarle la mano y llevarle hacia la salida de la discoteca en dirección de su casa... Después de todo, los caraduras eran los que mas le gustaban.


..... (Continuara)

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