viernes, 30 de octubre de 2009

Una noche de soledad (cap 3)


A las 7 de la mañana el odioso despertador con sonido de gallo de Ana comenzó a sonar. Ella camino desnuda por la habitación pensativa. Tras una breve parada frente a la ventana decidió que lo mas adecuado para un día tan otoñal como aquel seria su traje de falda gris oscuro, con unos zapatos verdes que tendrían unos 10cm de tacón.

Frente al espejo del baño, se puso un poco de colorete para mejorar su aspecto de cansancio y se recogió su castaña melena con una sencillas horquillas. Se quedo unos segundos observándose en el espejo, tratando de reconocer a la persona que había al otro lado. "Yo nunca he sido una persona impulsiva, soy metódica y por eso he llegado hasta donde estoy. Con 23 años era ya parte importante de mi empresa y a mis 28 tengo a mi cargo muchísimas responsabilidades. No me puedo permitir el ser impulsiva." Cuando vio que sus grises ojos empezaban a humedecerse se acordó de la hora que era.

Corrió hacia el pasillo donde tenia la gabardina gris que se coloco. Después metió en su bolso su agenda, llaves, cartera, móvil... y cogió el paraguas verde a juego con sus zapatos.


Cuando salio al portal vio que el día era terriblemente triste. Llovía y las nubes eran grises, como si algo terrible se avecinara. La gente corría de un lado para otro con el horrible gesto de alguien que llega tarde al trabajo un lunes. Todo el mundo vestía colores oscuros e incluso los arboles habían perdido ya sus hojas amarillentas.

Ella abrió el paraguas y comenzó a caminar lentamente bajo la lluvia. Nadie hubiera dicho que llegaba 20 minutos tarde al trabajo. Caminaba despacio, observándolo todo. Todas las fachadas y los escaparates eran iguales que la semana anterior pero Ana se sorprendía a cada paso por lo triste que resultaban.

Finalmente vio a lo lejos la esquina donde estaba Dani, se detuvo un instante y pensó "Hoy no es un buen día para cambiar de vida". Así que acelero el paso y trato de cruzar a toda prisa como cada mañana por delante de aquel desconocido músico callejero. Pero el destino quiso que el semáforo se pusiera en rojo en ese mismo instante. Y ella tubo que detenerse de espaldas a el. Lo tenia tan solo a unos 5 metros de distancia. Incluso por un momento creyó que podía llegar a olerle, pero solo fue su imaginación.

Los acordes de una canción empezaron a sonar...

"Cuanto más bella es la vida
más feroces sus zarpazos,
cuantos más frutos consigo
más cerca estoy de perder,
por una caricia tuya
toco el cielo con las manos
pero sé que si te marchas,
besaré el suelo otra vez.

Grita al mundo, rompe el aire
hasta que muera tu voz,
que el amor es un misterio
y que importa sólo a dos,
correremos por las calles,
grataremos tu y yo
que el amor es un misterio
y que importa sólo a dos.

Yo no quiero causar pena
sólo por mi condición
de mujer rota en esencia
y herida en el corazón
no habrá un hombre en este mundo
que me vuelva a hacer caer,
porque sé que si se marcha
besaré el suelo otra vez.

Cuando llegue el huracán,
que seguro ha de venir,
por marcharte de mis brazos,
por escaparte de mí
pensaré que fuimos grandes,
pensaré que fuimos dos,
tú en tu cuerpo, yo en el mío
y un sólo corazón. "

http://www.goear.com/listen/5a12fc3/besare-el-suelo--revolver

El semáforo había cambiado de color un par de veces para cuando la canción finalizo. Pero ella seguía inmóvil agarrando fuertemente su paraguas. Mirando al frente. Dándole la espalda. Se seco una lagrima que le recorría la mejilla y continuo su camino hacia ese gris futuro, lleno de triunfos pero vacío de sentimientos."

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