miércoles, 4 de noviembre de 2009

Where are you angel mind? don't you see me crying? (Cap 2)


Al cruzar la puerta de la oficina se dio cuenta de que una vez mas era el primero en llegar. Toco la tierra de la Orquídea blanca que adornaba su mesa y se dirigió a por la jarra de agua para regarla. Justo después empezó a aparecer la gente, era curioso fijarse en que los becarios de la empresa eran los primeros en llegar y cada cargo mas alto llegaba un poco mas tarde que el anterior.

Scott se sintió aliviado cuando por fin llego la secretaria y encendió el hilo musical, nunca le había gustado el silencio y menos si estaba rodeado de gente. Se sentía obligado a romperlo empezando cualquier conversación idiota, así que se refugiaba en las notas musicales de la onda media.

Mientras miraba su correo electrónico se acerco Celia para pedirle que le firmara unos papeleos sobre los certificados de calidad de la empresa. Scott le sonrió amablemente y firmo donde ella le indico sin preguntar nada. Celia le caía bien, era una mujer muy eficiente en su trabajo y ademas tenia sentido del humor. Era muy agradable oír la fresca risa de una joven mujer por las mañanas ya que en casa hacia tiempo que no oía un sonido parecido. Scott no tenia mucho trabajo ese día, o mas bien no tenia muchas ganas de trabajar, pero bien fuera por una cosa o por otra se dedico a observar a su alrededor mas que ha redactar documentos administrativos.

Le gustaba observar las caras de sus empleados mientras trabajaban, unos gesticulaban graciosamente, otros cantaban las canciones que sonaban en la oficina, y otros simplemente se limitaban a hacer su trabajo. La verdad es que Scott estaba muy contento con casi todos sus empleados. Eran un grupo de trabajo muy bien avenido.

Al final se descubrió observando a Celia descaradamente. Se sorprendió a si mismo por ser tan mal educado y se puso rojo sin saberlo. Pero por suerte nadie se percato del detalle. Cuando se tranquilizo volvió a sus pensamientos.

"La verdad es que Celia es muy atractiva, siempre tan elegante con su traje de falda y esas blusas blancas..."

Celia era una mujer de unos 35 años, pálida de piel pero de cabello muy moreno el cual siempre lo llevaba recogido o semi recogido. Mediría 1,70 y tenia muy buena presencia. Cuando el la contrato fue lo primero que le llamo la atención. Necesitaban una persona amable, inteligente, y con buen porte ya que gran parte de su labor seria de cara a los clientes. Y en cuanto vio a Celia lo primero que pensó fue que aparentemente era lo que necesitaban.
Pero ahora cuando la miraba no veía una mujer así, lo que veía era una mujer sexy y atractiva. Al darse cuenta de esto empezó a ponerse muy nervioso y se levanto para bajar a por un café. Como podía estar pensando en otra mujer que no fuera Alex de aquella manera?


Delante de la maquina de café se tranquilizo y le entro una risa nerviosa al darse cuenta de que parecía un quinceañero por ruborizarse al ver a alguien como una persona atractiva, era algo totalmente normal.
De repente un golpe le sobresalto, al darse la vuelta vio a Celia agachada en el suelo recogiendo unas monedas que se le habían caído. Ella se reía mientras buscaba las monedas debajo de una de las maquinas de refrescos.

- No te preocupes, ya te saco yo un café. Con leche no?
- Si si, muchas gracias. Si es que no se que me pasa hoy que estoy muy torpe.

El no pudo evitar llevar su mirada a las piernas de la chica que tenia casi a sus pies. En esa postura la falda le dejaba entre ver gran parte de su firme muslo, pero en cuanto se incorporo el tubo que apartar la mirada.

- Que buen día ha salido hoy. Que agradable es ver el sol aunque sea entre cristales.
- Si es verdad, parece mentira que un poco de sol cambie tanto el animo de las personas. Es una pena que no todo el mundo sonría tanto como tu ante un día primaveral.
- Bueno bueno, tampoco sonrió tanto jaja pero es que hoy estoy especialmente contenta (contesta ligeramente ruborizada). Y eso de las sonrisas... ¿lo dices por algo en concreto?
- Pues, digamos que hace unos años mi mujer tenia la misma luz que tu en la cara cuando sonreía. Pero desde que nacio nuestro hijo es como si hubiera cambiado.
- Bueno no te preocupes, seguro que es una mala temporada que pronto pasa.

Los dos volvieron tranquilamente a su puesto de trabajo y la mañana transcurrió bastante melancólica para Scott.

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