sábado, 7 de noviembre de 2009

Where are you angel mind? don't you see me crying? (Cap 4)


Eran las 9 de la noche y Scott llegaba a casa tras haber estado tomando una cerveza con un compañero de la oficina. Estaba bastante cansado y lo único que quería era cenar algo y meterse en la cama a descansar. Al abrir la puerta de casa Marcos salio corriendo a saludarle.
Le encantaba que fuera su padre quien le arropara y le llevara a la cama, y los días que no estaba el para hacerlo Alex se las tenia que ver y desear para acostar a su hijo sin que aquello fuera un drama.

Cuando Scott entro al salón vio a su mujer charlando con Marta y se sorprendió gratamente. Hacia mucho que Marta no les visitaba en casa y a Scott era una mujer que le caía realmente bien. Aunque en cierta medida y sin que el se quisiera dar cuenta, le tenia envidia. Envidia por ser la única persona a la que su mujer se abría y la única persona con la que su mujer se reía como cuando era joven.
Pero hoy no estaban riéndose. Es mas, estaban bastante serias. Incluso Marta parecía tener los ojos llorosos...

-Hombre Marta, cuanto tiempo! Hacia mucho que no nos visitabas?
-Scott, Marta se va a quedar en casa unos días. (Le decía mientras le hacia un gesto dándole la espalda a su amiga, el entendió perfectamente que no debía hacer mas preguntas)
-Claro, no hay ningún problema. Marta, puedes quedarte los días que quieras. Sabes que eras bien venida en nuestra casa. Tienes hambre? Voy a preparar algo de cenar

-Claro, espera que voy a ayudarte.
-Yo mientras iré acostando a Marcos, es tarde y esta cansado.

En la cocina Scott no pensaba hacer ningún comentario, pero Marta se adelanto. Y le contó todo lo ocurrido. Scott se vio abrumado ante tanta información y no podía hacer otra cosa mas que abrazar a su amiga.

Cuando Alex entro por la puerta se quedo observándolos y no pudo contener unas lagrimas. Cuando Scott la vio sintió un tremendo pinchazo en la boca del estomago. Hacia mucho tiempo que no veía llorar a su mujer. Lo que el nunca se habría imaginado es que esas lagrimas no provenían de la desgracia de Marta sino de la envidia que le tenia por ser mas valiente que ella.

Unas horas mas tarde ya estaban todos acostados. Alex estaba tumbada a su lado, acurrucada dándole la espalda. El se incorporo para mírala y no pudo evitar rodearle con su brazo en señal de protección. Pero se quedo atónito al ver que su mujer rechazaba su gesto y se levantaba llevándose con ella la almohada. Cuando estaba con el pomo de la puerta en la mano se dio la vuelta para ver a su marido, y la expresión de Scott le sobrepaso y tubo que volver y sentarse en la cama para explicarle lo que sentía.

- Mira, hasta ahora pocas veces he expresado mis sentimientos de manera sincera. Pero hoy he decidido que no puedo seguir con esta vida. No es mi vida, es la tuya. Yo no la soporto y no es con lo que soñaba hace unos años.
- Pero...
- Espera, déjame acabar. Por favor. Necesito unos días para pensar. Se que te voy a hacer mucho daño, y créeme que es lo que menos deseo del mundo, pero no hay otra manera. Te juro que la he buscado pero no hay otra manera. Te quiero muchísimo, y juntos hemos vivido los mejores momentos de mi vida. Pero esa es una etapa que quedo atrás. Dame tiempo para pensar, solo te pido eso. Un par de días o incluso menos.

Y cerrando la puerta delicadamente Alex se dirigió a dormir en la cama supletoria del cuarto de su hijo mientras Scott lloraba estupefacto en la soledad de su cuarto.

3 comentarios:

  1. oh, la la...Por fin se atrevió!! Haber como akaba esto...Ke siga, ke siga!

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  2. jajaja
    Pues me estan rayando ya estos personajes! los voy a matar a todos!!! jaja no no, pero a ver como acaba...

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  3. A Paulette le ha encantado toparse con tu Blog, sí que sí.

    Un beso ;)

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