jueves, 29 de octubre de 2009

Una noche de soledad (cap 2)


Allí estaba el, sentado en un frió sofá de piel blanca, esperando ansioso a que aquella joven mujer apareciera con la prometida cerveza. Era un hombre tranquilo pero la seguridad en si misma que había demostrado Ana le había puesto algo nervioso. No estaba acostumbrado a que nadie reaccionara así ante su carácter tan directo y menos una mujer aparentemente tan diferente a el. Entonces ella apareció bajo el umbral de la puerta, con una cerveza en cada mano.

Durante el día a día no se había dado cuenta de lo realmente atractiva que resultaba. Normalmente pasaba fugazmente y el solo se fijaba en que vestía una elegante gabardina gris y que siempre usaba zapatos con tacones.
Pero esa noche Ana estaba espectacular. Unos pantalones de cuero negros envolvían unas largas y bonitas piernas. No era una mujer muy delgada, su cuerpo era mas bien redondeado. Llevaba una camiseta negra también atada al cuello que dejaba su espalda al aire. Dani pensó que la imagen que daba con esa ropa, por mucho que a el le gustara, no era acorde con la chica con aires de elegancia que el veía cada mañana.
Pero en aquel momento lo que menos le apetecía era divagar sobre el porque de aquel cambio. Sin duda alguna prefería dedicarse por completo a Ana.

Ella se sentó a su lado, y dejo la bebida encima de la mesa mientras le miraba a los ojos, pero enseguida se avergonzó y bajo la mirada. Dani sonrió como si le encantara intimidarla.
Entonces el temido silencio se apodero de la sala y cuando los pensamientos de Ana casi podían leerse a través de sus ojos Dani se abalanzo sobre ella sorpendiendola con un largo beso.

Antes de que a Ana le diera tiempo a incorporarse, el le agarro y la tumbo en el sofá, se quedo unos instantes mirándole directamente a los ojos antes de hacer nada, y al ver como ella echaba su cabeza hacia atrás dándole luz verde, se abalanzo sobre su blanco cuello. Su piel era suave y aterciopelada.
Tenia un olor tan particular que Dani pensó en que nunca lo podría olvidar.

Los siguientes minutos para Ana pasaron entre la pasión de lo desconocido, las risas por la inseguridad, la excitación de lo nuevo y la atracción por la libertad.

Al terminar no hubo frases románticas, ni preguntas estúpidas. Ella se metió a la ducha y mientras le dejo a el a solas en el salón vistiéndose.

"Te observo cada día y siempre me he preguntado que es lo que te hace infeliz. Aun no lo he descubierto, pero si se que esta noche, por unas horas, algo ha cambiado en tu mirada.
Si quieres volver a verme, solo tienes que parar un día a escuchar mi música. Si no lo haces entenderé que no quieres saber nada mas de mi".

Ese post-it rosa pegado en la mesa del salón fue lo único que dejo Dani tras su marcha.


..... (Continuara)

2 comentarios:

  1. Welcome!!! No me ves, pero te he puesto una velita inaugural, por aquello de las good vibrations ;)

    Tengo los eyes como naranjas, pero mañana vuelvo y te dejo un post como God manda, OK?

    Kisses de estreno ***

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  2. de no ser porque ahora me siento mas jodida que nunca, escribiría con una proyección bonita que se alarga en el desierto y se nubla a través de unas copas un comentario que le sirva de redada a Ana para tal caso.

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